Minuto uno - 2014

 

Generalmente para esta fecha sabemos con César, salir a cenar y luego reunirnos con algunos amigos para pasar juntos la media noche, este año sería diferente. Debido a mi operación de la rodilla, aún no puedo hacer esfuerzos para caminar, por ello decidimos pasarlo solos en casa.

Faltando 5 minutos para la media noche, él y yo, nos aproximamos a la ventana para ver los fuegos artificiales en el cielo, abrazados ambos, mirábamos la explosión de colores. Ya a 2 minutos del cambio de año, un vecino inteligente nos dejó sin luz a toda la torre de la residencial pero aún así se podía ver a la gente corriendo con su botella en mano, otros con su copa ya servida, todos emocionados, algunos con sus hijos en brazos, todos muy apresurados para recibir el año y darse un abrazo fraterno, allí, afuera…

Siendo media noche exactamente, la nostalgia me invadió, los recuerdos de años pasados, de grandes festejos me bombardearon hasta hacerme llorar, incontrolable, lloraba (ahora no puedo, no puedo, NO PUEDO pensaba), la frustración se apoderó de mi ser.

César al verme en ese estado me consoló, no dejaba de abrazarme, cada vez más fuerte. Estamos bien me decía, los dos solos, juntos, nos amamos. Saber que estabas allí, que nunca me has abandonado, que me apoyas, me abrigas, me animas, me das fuerza, todo eso y más me hizo salir de ese trance, de ese dolor.

¡Sí!, estamos bien, juntos estamos bien, esa es la fórmula, TE AMO.

 

2014

2014, ¡allá vamos!

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