La unión iglesia - estado ha llegado a su fin hoy en Noruega, tras una inesperada enmienda aprobada en el Parlamento durante una sesión que debate la modificación de la Constitución nacional. La iglesia tendrá que financiarse por sus propios medios y el país se convierte e una nación secular sin religión oficial.
En un movimiento que ha tomado a todos por sorpresa, el Parlamento noruego ha aprobado la separación de Iglesia y Estado en el transcurso de una modificación de su Constitución. La nación se convertirá en secular y sin religión oficial, y el Gobierno ya no participará, como hasta ahora en el nombramiento de la jerarquía eclesiástica.
La Iglesia de Noruega se formó después de la Reforma luterana en 1536, y se llamó oficialmente Iglesia Estatal Luterana. La realidad en los últimos años es que, además de financiar sus gastos, el Estado entraba muy pocos en los asuntos de la organización, aunque seguía ratificándolos nombramientos de su jerarquía y hacía de intermediario para sofocar los disturbios y pequeños escándalos que en algunos momentos salpicaban a los sacerdotes.
La idea de romper el tradicional lazo de unión entra iglesia y estado surgió ya en los años setenta del siglo pasado, tras constatarse que la estructura religiosa se beneficiaba del dinero de los impuestos de los noruegos, siendo la suya una sociedad de poco sentimiento religioso. Los últimos estudios realizados estiman que sólo un 2 % de los noruegos asisten a oficios religiosos, y que un 72 % ni siquiera cree en un “dios personal”.
Desde hoy, Noruega es formalmente un estado laico, sin iglesia ni religión oficial.
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