Mi temor y yo

(entre otras complicaciones)

No fue fácil escribirlo y mucho menos publicarlo y tampoco estoy segura si comenzaré bien esta historia y si el final será el adecuado.
Puedo empezar contando los antecedentes.

MI NIÑEZ:  fue buena y extraña, acompañada de enfermedades que aparecían, me hacían alucinar, caer y levantar, asustarme y llorar y de pronto se iban, sin saber que eran y porque se van,  se iban después de largos meses de angustia para mi familia y otra me acompañó más tiempo, unos cuantos años más sobre mí  al punto de hacernos amigas, mi amiga fiebre.

Estas cosas me hicieron pensar  durante mi adolescencia y hasta hace un tiempo atrás, que mi cuerpo no era débil, sino todo lo contrario, muy resistente a cualquier loca enfermedad que me quisiera  atacar y que todas las experiencias anteriores en hospitales y emergencias eran una preparación para un evento mayor, una especie de preparación “dolorosa temporal” para finalmente no tener temor llegada la hora.

(Siempre he pensado así y lo seguiré haciendo, nuestra vida, cada día, en cada episodio,  nos prepara en escala y proporción para vencer, sólo debemos estar atentos y entender el mensaje.)

EL HECHO: Y así es, no me equivoqué, hace un par de meses atrás unos dolores a mi rodilla me obligaron a regresar a esos lugares que tanto he detestado y “temido” y que curiosamente son los que más he desarrollado en mi vida profesional, las sagradas casas de sanación llamados hospitales.

Terapias y visitas médicas fueron mi rutina diaria (hasta hoy) y luego de descartarme varias posibles enfermedades, decidí cortar esta moda temporal y operarme de la rodilla para que otra vez pueda retomar mis actividades anteriores, tales como correr, saltar, bailar, trabajar, (ar, er, ir) etc..

Luego de unos días de supuesta recuperación post operatoria, llego a mi una noticia que quizás pudo destruirme 1 día o 2, tal vez 3 en todo caso. El doctor me miraba y lo miraba a él, a mi esposo, y yo escuchaba y trataba de comprender, pero en realidad no quería escuchar más, solo en mi quedó la palabra:  tumor , un tumor, t e n g o    u  n     t   u   m   o    r.

(Parece increíble como tu vida puede cambiar en un segundo, mi vida cambió.)

No negaré que lloré, lloré y lloré y seguí llorando y me derrumbe y quise desaparecer, pero no duró mucho (amo mi vida tal cual), gracias a la meditación y otras técnicas que aprendí en estos últimos años pude equilibrarme y asimilar la noticia.

Ahora mi vida anda entre inflamaciones, descansos y terapias; terapias, música e inflamaciones, y…y conversaciones. Y aunque quizás me crean loca, yo hablo con mi tumor, hacemos tratos: yo le canto, el no me genera dolor, estoy aprendiendo a convivir con él y a no tenerle miedo a sus manifestaciones, porque  son parte de mi y yo de él.

Y tengo tanto tiempo para pensar sobre lo que me pasa y hacer comparaciones filosóficas y llegué a una conclusión: mi tumor es una manifestación física de negatividad que pronto tendrán que sacar y eso ya no me asusta , (tuve un par de días para declarar mi miedo y dejarlo libre) y sé que el sacarlo me generará dolor físico temporal, pero ahí acaba todo.

Sin embargo, que pasa con mis tumores espirituales, es decir, mis temores que llevo dentro? actúan como un tumor? que si no los acepto y los detengo siguen  creciendo y afectando mayores cosas sin que uno sea consciente de ello,  generando más daño? y por cuantos años más seguiré viviendo con ellos?.

(Todos, absolutamente todos tenemos tumores espirituales y simplemente no los enfrentamos, sólo intentamos olvidarlos, pero ellos siguen allí, creciendo y carcomiendo, nos vuelven débiles y vulnerables y los hospitales no tienen medicina ni tratamientos para ellos.)

Si puedo contra un tumor, se que podré contra uno o un par de grandes temores, es increíble darme cuenta como mi cuerpo físico da lecciones a mi cuerpo espiritual, porque en realidad somos uno y ya es tiempo de estar bien y juntos, eliminando  todo daño que vivió conmigo por años.

Yo seguiré fortaleciéndome mientras enfrente el dolor, porque sé que fui preparada para vencerlo, porque sé como hacerlo.

Y espero con paciencia, espero liberarme, espero ser feliz.

SAM_6372
"...llevo días pensando si publicar u ocultar, finalmente soy libre de expresar."

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